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Lagar de Santiago
En Cilleruelo de Arriba prácticamente todas las familias cultivaban sus propios viñedos, elaboraban el vino necesario para su autoconsumo y poseían una bodega. Actualmente cada agricultor elabora su propio vino en pequeñas lagaretas o prensas, habiéndose perdido el sentido comunal que tuvo mientras los lagares estuvieron en funcionamiento. Pero para los de Cilleruelo de Arriba sigue siendo un orgullo llevar a sus invitados a la bodega y pasar buenos ratos probando los vinos.
La vendimia
Los majuelos requerían cuidados a lo largo de todo el año: podar, sarmentar, excavar, azufrar… y vendimiar. Hasta los años cincuenta del siglo pasado un azadón, unas tijeras podonas, un garillo y un par de brazos eran las únicas herramientas utilizadas.
Cuando empezaba a pintar (madurar) la uva, se ajustaba un guarda que vigilaba los majuelos.
La vendimia constituía una verdadera fiesta y en ella participaba todo el pueblo.
El lagar
Aunque la construcción del lagar es anterior, la primera documentación escrita consta del año 1940, en la cual se especifica que la cabida del lagar eran 80 carros. En otros documentos del año 1958 se calcula la cabida del lagar en 160 cargas.
El edificio cuenta con dos pilas a distinto nivel. En la primera se echan los racimos para ser prensados y en la inferior y más pequeña se recoge el mosto. Ambas están conectadas por un canalillo llamado piquera.
En el centro y por encima de las pilas se encuentra colocada una viga grande de olmo (de unos 9 metros). En un extremo de la viga se sitúa el pilón de piedra grande que está conectado a la viga mediante el husillo (madero tallado como un tornillo).
Los cestos que llegaban al lagar eran pesados con una romana. Se hacían las anotaciones pertinentes para poder establecer la correspondencia entre la uva depositada y el mosto que se había de entregar a cada uno.
Además se necesitaban: un hombre para sacar el vino de la pila, otro para “cantariar” (medir el vino por cántaras), cuatro o cinco “tiradores”, generalmente mozos, para transportar las “pellejas” (botas de piel de cabra).
El primer prensado se hacía pisando los racimos y, cuando el volumen disminuía, se ponía en funcionamiento la prensa. Después se abrían calles alrededor de la pila para facilitar la salida del mosto por el caño y más tarde se amontonaban los racimos en el centro y se hacía el castillo apilando tablones y traviesas de madera en una especie de pirámide hasta topar con la viga central.
La bodega
Era costumbre que los tiradores aprovechasen los viajes a las bodegas para intentar lavar la cara con mosto a las mozas que encontraban por el camino, también “escullaban” las pellejas para mojar el pan de la merienda a los chicos que se acercaban.
Las bodegas de Cilleruelo de Arriba se construyeron excavando la roca. Constan de un pasillo central común, a cuyos lados se abren las puertas de los cuartos o bodegas de propiedad particular.
La vendimia
Los majuelos requerían cuidados a lo largo de todo el año: podar, sarmentar, excavar, azufrar… y vendimiar. Hasta los años cincuenta del siglo pasado un azadón, unas tijeras podonas, un garillo y un par de brazos eran las únicas herramientas utilizadas.
Cuando empezaba a pintar (madurar) la uva, se ajustaba un guarda que vigilaba los majuelos.
La vendimia constituía una verdadera fiesta y en ella participaba todo el pueblo.
El lagar
Aunque la construcción del lagar es anterior, la primera documentación escrita consta del año 1940, en la cual se especifica que la cabida del lagar eran 80 carros. En otros documentos del año 1958 se calcula la cabida del lagar en 160 cargas.
El edificio cuenta con dos pilas a distinto nivel. En la primera se echan los racimos para ser prensados y en la inferior y más pequeña se recoge el mosto. Ambas están conectadas por un canalillo llamado piquera.
En el centro y por encima de las pilas se encuentra colocada una viga grande de olmo (de unos 9 metros). En un extremo de la viga se sitúa el pilón de piedra grande que está conectado a la viga mediante el husillo (madero tallado como un tornillo).
Los cestos que llegaban al lagar eran pesados con una romana. Se hacían las anotaciones pertinentes para poder establecer la correspondencia entre la uva depositada y el mosto que se había de entregar a cada uno.
Además se necesitaban: un hombre para sacar el vino de la pila, otro para “cantariar” (medir el vino por cántaras), cuatro o cinco “tiradores”, generalmente mozos, para transportar las “pellejas” (botas de piel de cabra).
El primer prensado se hacía pisando los racimos y, cuando el volumen disminuía, se ponía en funcionamiento la prensa. Después se abrían calles alrededor de la pila para facilitar la salida del mosto por el caño y más tarde se amontonaban los racimos en el centro y se hacía el castillo apilando tablones y traviesas de madera en una especie de pirámide hasta topar con la viga central.
La bodega
Era costumbre que los tiradores aprovechasen los viajes a las bodegas para intentar lavar la cara con mosto a las mozas que encontraban por el camino, también “escullaban” las pellejas para mojar el pan de la merienda a los chicos que se acercaban.
Las bodegas de Cilleruelo de Arriba se construyeron excavando la roca. Constan de un pasillo central común, a cuyos lados se abren las puertas de los cuartos o bodegas de propiedad particular.